Acabo de volver de Barcelona de unas minivacaciones extrañas. Han sido unos días marcados por la tragedia causada por unos energúmenos. Pero he disfrutado de mi ciudad sin miedo. Y he sentido orgullo al comprobar una vez más que España -no solo Barcelona, no solo Cataluña, que no creo yo que sea cosa de presumir con miras localistas- es un país donde la solidaridad abunda.
Estos días todos somos Barcelona, como en otras ocasiones todos hemos sido otras ciudades golpeadas. Pero yo soy también Zaragoza, Lanteira, Sant Hipólit, Vilafranca del Penedés, Rubí, Italia, Australia, Argentina, Portugal, Bélgica, Canadá y Estados Unidos. Porque es a esos lugares a los que los asesinos han mandado el golpe más duro de las Ramblas. Y no los he oído mencionar mucho, la verdad.
Y, ya de nuevo en casa, repaso con tranquilidad las informaciones publicadas sobre el atentado. Y saco algunas reflexiones:
1. Cuando a Ada Colau le dijeron que sonriera para las fotos, que sale más guapa, alguien debió advertirle de que hay excepciones. En las del homenaje-duelo no sale guapa, sale tonta. Y, lo que es peor, indignantemente irrespetuosa.
2. Bravo por cada uno de los Mossos que intervino y se implicó. Pero gracias también a Guardia Civil y Policía Nacional ¿no?
3. Mossos héroes dirigidos por mandos que algún día tendrán que explicar por qué a la petición de que los TEDAX examinaran los restos de la casa de Alcanar contestaron una especie de "bueno, pues molt be, pues adiós".
4. A mí me parece que el hecho de que lo más viral del atentado sea la frase "bueno, pues molt be, pues adiós" nos pone como sociedad a la altura de estupidez del periodista que se largó de la rueda de prensa porque se contestaba en catalán a quien preguntaba en catalán y en castellano al que preguntaba en castellano.
5. Además de lo de que en ocasiones no queda bien sonreir, a Ada Colau alguien debiera explicarle también que existen bolardos que suben y bajan, o sea, que sí se pueden poner medidas de seguridad que no impidan, en su caso, el paso a vehículos de emergencia, señora alcaldesa.
6. La Generalitat debiera mejorar muy mucho su política informativa en situaciones de crisis. No se puede, por ejemplo, sacar al conseller de Interior a decir que solo hay una víctima mortal horas después del atentado, cuando ya todo el mundo habíamos visto las imágenes de tantos cadáveres en las Ramblas. Ni tirarse dos días diciendo que hay un niño australiano desaparecido cuando se sabía desde el primer momento que era una de las víctimas mortales. Y no se puede pretender que, informando así, no salten los rumores y las contradicciones por todas partes. La clase de Comunicación de crisis se la saltaron claramente.
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