La
Infanta Cristina desconocía de dónde saca, pa tanto como destaca, su
Urdangarín. La mujer del socio de éste, Diego Torres, desconocía incluso que
era titular de un montón de sociedades y que tenía cuentas paradisíacas.
La de
Bárcenas desconocía el origen del abultado parné de su marido.
La
Pantoja desconocía de dónde salían las sacas de pasta de Cachuli, lo mismo que
su exmujer.
La
esposa del expresidente de Gowex desconocía que tenía cinco millones de euros
en una cuenta en Luxemburgo.
La
de Francisco Granados desconocía que su marido tenía ahorrillos en Suiza.
Tania
Sánchez desconocía que su hermano era administrador de la cooperativa que
recibió 1,2 millones de euros del Gobierno local del que ella formaba parte.
La
exministra Ana Mato desconocía de dónde rayos había salido aquel Jaguar que se
le apareció en su garaje como a Pitita Ridruejo se le aparecía la Virgen.
Y la
hermana de Jordi Pujol desconocía que su padre había dejado un pedazo de herencia.
…
¿Qué
pasa? ¿Que eso de la sociedad del conocimiento es cosa de hombres, como aquel
coñac? Porque, lo que es estas, están totalmente instaladas en la del
des-conocimiento. Vaya, que no se enteran de nada, las tías. Bendita
ignorancia.
Voy
a tener que investigar a mi propio, no vaya a ser que me la esté pegando con
una cuenta en Andorra y me tenga que enterar por un fiscalillo cualquiera, qué
vulgaridad.
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