lunes, 2 de febrero de 2015

AMOR PROPIO


No, si se veía venir. Era cuestión de tiempo. Tanta moda de reflexionar, de conózcase a usted mismo, de busque su paz interior, de suba su autoestima, de quiérase… Tanto furor con los selfies. Tenía que acabar así. Así como ha acabado esa mujer americana. ¡Que se ha casado con ella misma, la tipa! Lo que oyes.

Que se ve que no encontraba a nadie que le gustara tanto como para compartir su vida y un día se vio en el espejo, se enamoró con la mirada y debió de decir “anda, pero ¿para qué voy a seguir yo buscando a mi media naranja si la tengo aquí mismo?”. Vaya, que se visualizó como naranja entera y montó una boda. Que digo yo que cómo evolucionan las cosas ¿eh? Que aún se está discutiendo lo de los matrimonios del mismo sexo y ya estamos en los matrimonios de la misma persona.

Han sido muchos los que se han apresurado a decir que lo que le pasa a esa mujer es que está loca. Bueno, no sé qué te diga. Si lo piensas bien, peor está la que se casa con un pedorro que echa barriga así se acaba la luna de miel, se viste de chándal hortera los domingos, identifica la felicidad con un partido de fútbol y unas cervezas, se rasca la entrepierna aunque no venga a cuento, solo la mira a los ojos para preguntarle si se cree que las tarjetas de crédito se recargan solas, lo único que le interesa de ese vestido sexy que ella se acaba de comprar y que le sienta como un guante es el precio y lo más romántico que le dice es “¿qué hay de cena, churri?”. Que lo de pretender que le haga la cena tiene delito, pero lo de churri es de prisión permanente sin revisión ni hostias.

En cambio, se supone que la americana esta no va a tener ningún problema para que su automujer la complazca, porque hará siempre lo que ella diga ¡menudo chollo! Ahora, que, si en algún momento no están de acuerdo ella y ella misma, las discusiones tienen que ser para verlas, qué espectáculo. Lo que le va a ser difícil es echar una canita al aire, si se da el caso de que, por lo que sea, le apetece. Porque no va a tener manera de esconderse; su propia se va a enterar sí o sí. Y a ver cómo la convence de que “esto no es lo que parece”. Sería la primera vez que la frase “a mí no me engañas, que yo te conozco muy bien” tendría un sentido irrefutable.

En fin, que supongo que lo de esta chica es la expresión máxima del amor propio. Y su álbum del viaje de novios será la máxima expresión de la cultura selfi. Imagino que se habrá llevado un palo. Al viaje, digo, para facilitar las fotos.

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