Naranjito.
La leche. No nos queda nada en este año electoral que nos espera. El portavoz
del PP en el Congreso, Rafael Hernando, le ha llamado Naranjito al presidente de
Ciudadanos, Albert Rivera. ¡Naranjito! Y lo ha convertido en una estrella, #yoesquemeparto.
Por no llorar. Que siempre se ha dicho que los peperos en esto de la
comunicación patinaban. Pues ya vemos que no. Son unos hachas. Dicen una cosa y
la convierten en trending topic, qué tíos. Han conseguido una publicidad
gratuita de la hostia. Lástima que la publicidad ha sido justamente para el que
pretendían ¿insultar? ¿denigrar? ¿hundir? O sea, gol para el contrario.
Pero,
vamos a ver, Hernando, tú ¿en qué estabas pensado? ¿Naranjito? Un poquito de
nivel, por favor. Que a mí me parece que no es la manera, pero, vaya, si tú
quieres insultar, pues insulta; si quieres faltar, falta; si quieres
ridiculizar, ridiculiza, oye. Pero Naranjito, por Dios bendito. Y ¿qué
esperabas? ¿Qué Rivera te contestara “y tú Cobi”? Es que eres un antiguo, de
verdad. Y no solo porque hayas echado mano de una mascota que muchos de los votantes
de hoy ni siquiera conocieron, sino porque no te has enterado de que ya no se
lleva lo de entrar al trapo. Ahora lo “in” es aprovechar el ataque, como ha
hecho el de Ciudadanos. Y no le ha salido nada mal.
Es
que te has puesto a la altura de Pablo Iglesias llamándole Don Pantuflo al
periodista Eduardo Inda. Sí, Pablo Iglesias, el de los “morados”, como llamaste
a su partido. Que estabas sembrado ese día ¿eh? Lo que yo te diga, no nos queda
nada. Que como alguien no ponga orden en este patio nos veo oyendo ataques
furibundos, salvajes e inmisericordes como “¡Anacleto!”, “¡pues tú Mortadelo!”,
“¡y tú Curro, el de la Expo!”, “¡pues tú eres un soberbio!”, “¡y tú un
albano-kosovar!”, qué ingenio dialéctico nos espera.
Mira,
Rafael, la peña está hasta el flequillo de que los políticos os empeñéis en
insultaros y faltaros al respeto unos a otros. Pero, bueno, si quieres hacer
una gracia, poner una notita de humor en un mitin, una chispita, pues vale.
Pero procura ser ingenioso. Y tener claro que o te metes con el otro o no te
metes. Pero llamarle Naranjito, no sé, es casi cursi ¿no? Y ñoño. Como en plan,
le voy a insultar pero poco; la puntita, nada más. Y, sobre todo, intenta no darle
el punto al contrario, que es lo que tú has conseguido. Que ahora están las
redes llenas de “yo también soy naranjito”. Puestos a lanzarle un ataquito,
tira de los clásicos, hombre. Por ejemplo, llámale mentiroso, como Pedro
Sánchez a Pablo Iglesias. O patético, como Rajoy a Pedro Sánchez. O franquista,
como Pedro Sánchez a Rajoy. O indecente, como Alberto Garzón a Susana Díaz.
Comprenderás que no sería tan fácil que los facebooks y los twitters se
llenaran de gente diciendo “yo también soy indecente”, pongo por caso.
Pero
Naranjito, válgame el cielo, #yo es que me parto.
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