Bueno,
bueno, bueno. Ya está. Esto va a ser holivud
a partir de ahora. Se han constituido los nuevos ayuntamientos y esto es un
fiestorro, oye; se acabaron los problemas. Un fiestorro a lo grande ¿eh? con
sus pantallas gigantes, sus fiestas en la calle… ¡qué viva la nueva austeridad!
Ha
llegado el cambio. España ha votado cambio, no paro de oírlo. Que, en realidad,
lo que ha votado España es mayormente al PP, pero como estos de Podemos y
sus marcas blancas y demás parientes se han empeñado en que lo que hemos votado
es cambio, pues ya se las han arreglado ellos para cambiarlo todo, o casi. Que
da igual que en muchos municipios la mayoría de sus ciudadanos eligieran a un
partido para que les gobierne. Qué sabrán ellos, infelices. Menos mal que ahí
están los Podemos y variantes para sacarlos de su error y colocar en esos
gobiernos a los que han perdido después de no pocos tiras y aflojas.
Qué
trajín de pactos, oye. Yo ya me perdí hace días. Hace lo menos una semana que
me dije, mira, que paso, tú. Que gobierne quien sea, pero yo las negociaciones
esas de mercadillo ya no las sigo. Que si yo te apoyo si gobierna este, que si
yo te apoyo si se va el otro, que aquí te voto si echas a tus corruptos, que
allí te respaldo aunque la sombra de la corrupción sea alargada, que tú puedes
contar conmigo aquí si yo cuento contigo allá… ¡Vamos, vamos, que me los quitan
de las manos! ¡A un leuro, todo a un leuro!
¡Las robamos por la noche, las vendemos por el día, más barato que en la
mercería! La repanocha. Y lo de ver al PSOE tan encantado de haberse conocido
por recuperar poder habiendo perdido la leche de votos sin ser consciente de la
tumba que se está cavando, eso no tiene precio.
El
caso es que esto es la madre de todos los cambios y ahora vamos a nadar en la ambulancia, que decía el otro. Mira, se
van a acabar los desahucios, va a haber trabajo para todo el mundo, comida para
todos los niños, dinero para que todos paguemos los gastos básicos, solo habrá
empresas solidarias y socialmente correctas, podremos hablar con nuestros
alcaldes en cualquier momento, los podremos ver en el autobús y en el metro…
¡Vente pa España, Pepe! Que igual no
tienen los alcaldes competencias para algunas de esas cosas, pero ¿y qué más
da, si esto es la revolución? ¡Al carajo las leyes!
Y lo
mejor: se acabaron las corbatas, los honores y la presencia de gobernantes en
cualquier tradición que huela a Iglesia, por mucho que cuente con el fervor
mayoritario del pueblo que sea, que aquí vamos a gobernar para todos pero para
unos más que para otros; que eso de las ofrendas y de sacar a pasear los santos
ni es cultura ni es nada. Que no me extraña que se les haya aplaudido tanto ese
gesto porque, lo que es yo, no veía el momento de que los alcaldes dejaran de
ir detrás de San Pedro, San Pancracio o la Santísima Trinidad. Ahora duermo
mucho más tranquila y más libre, te lo juro. Que ya era hora de que alguien
solucionara ese problemón y acabara con esa lacra, esa opresión y ese ataque a los derechos y
libertades de los ciudadanos que suponía ver a mandatarios locales paseando con
la Virgen o asistiendo a actos litúrgicos. ¡Cómo nos va a cambiar la vida!
Y es
que, claro, hemos entrado en la era de los partidos “no tradicionales”, qué
risa. De momento, en Madrid, la Carmena ha entrado rompedora y ha dicho que de
seis concejales de Gobierno nada, que ella nueve; y tres tenientes de alcalde.
O sea, se bajan los sueldos pero entran más a repartir. Y a mí que esta
política no tradicional me empieza a sonar a… lo de siempre. Como lo de que,
nada más llegar, ya le pidan abrumadoramente la dimisión de uno de sus
concejales, como si fueran un partido tradicional de esos, oye.
Sí, porque,
como ahora lo que se va a llevar es el colorido y la alegría, la nueva
alcaldesa de la Villa y Corte cuenta con un concejal que es la monda. Que
cuelga en twitter chistes riéndose de Ios judíos, del Holocausto, de Irene
Villa y de Marta del Castillo con una finura, una gracia y un buen gusto que él
se parte el pecho mientras a ti te dan ganas de partirle la cara. Pero él dice
que no dimite, otra cosa novedosa, lo que yo te diga, que estos innovadores
empiezan a oler a viejo. Que él no es antisemita ni proetarra, dice. No, hijo,
no, tú lo que eres es tonto del culo, dicho esto con todo el humor, como a ti
te gusta. Que si no eres capaz de ver que esos chistecillos pueden ofender a
mucha gente no quiero ni pensar en los pisotones que vas a dar en tu gestión.
Que
conste que yo les doy a todos estos “nuevos” un voto de confianza. Por la
cuenta que nos trae, más que nada. Y porque, cuando pasen a ser “viejos”, que no
creo yo que la cosa dé para mucho experimento, pues ya sacaremos otro invento. Otro
cambio, vaya.
Eres estupenda,Olga. ¿Cómo no estás en un periódico escribiendo columnas de opinión?
ResponderEliminarEres estupenda,Olga. ¿Cómo no estás en un periódico escribiendo columnas de opinión?
ResponderEliminarMuchas gracias, Sue!! Pues ya ves, será que no soy tan estupenda, aunque tú me leas con tan buenos ojos. Un beso.
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