Debo
reconocer, una vez más, que tengo esto un poco abandonado. Chica, es que esto
del verano es lo que tiene, que cambias la rutina y te mueves en otros círculos.
En mi caso, concretamente, en el círculo que forma el recorrido desde la cama a
la tumbona, pasando por la cocina para preparar gazpacho y otros potingues. Un
sopor, vaya. Y, claro, con tanta actividad, pues no tengo tiempo de atender
esto. Que tampoco es que me preocupe ¿eh? Que digo yo que si Pujol no tuvo en
34 años un momentito para regularizar la situación de sus ahorrillos ante el Fisco
pues tampoco será tan grave que yo no haya encontrado en 17 días el momento
adecuado para ponerme a escribir.
Además,
el sopor veraniego afecta también a la inspiración. Hasta miras la prensa con
otros ojos. Y eso que temas hay, no te creas. Y no me refiero solo a lo de
Pujol, por ejemplo. Que tiene tela, sí. Tanto tiempo escuchando eso de que
España robaba a Catalunya y resulta que los ladrones estaban dentro. Que el
caso viene a ser algo así como lo del robo del Códice Calixtino ¿te acuerdas?
Un año estuvimos oyendo teorías de lo más variopintas, desde una mafia de
traficantes de obras de arte hasta un complot islamista, para que luego
resultara que el ladrón había sido Manolo el electricista, que también estaba
dentro, como Pujol. Un fenómeno. Y Manolo también.
Y
tampoco me refiero a la visita de la Merkel a Galicia, que también está dando
mucho de sí. Que, además de autoridades, turistas y una manifestación, a la
alemana la han recibido en Compostela dos apóstoles: Santiago y un escritor gallego
de esos que suelen estar en todos los saraos en plan salvapatrias. En nombre de
una asociación, el susodicho le ha exigido a la canciller que pida disculpas
por el apoyo de los nazis a Franco, toma ya. Que digo yo que es como si le
exigen a él que pida disculpas por lo que hizo Franco, que también era gallego.
Anda, que espero que la Merkel se haya llevado una buena imagen de esta tierra
y de la Ruta Jacobea, porque lo que es de nuestra intelectualidad… en fin.
Pero,
no, no. Hay una noticia que me ha llamado más la atención y que tiene que ver
con elecciones. Y no, no estoy hablando de la reforma electoral que prepara
Rajoy y que los socialistas critican a pesar de que la llevaban en su programa
electoral. Hablo de un japonés que les da cien mil vueltas a los del PP y a los
del PSOE en eso de buscar la forma de ganar elecciones. El tipo, que quería
presentarse a no se sabe qué, fue a lo seguro: si no tengo votantes, los
fabrico. Así mismo, tú. Y se hizo cliente más que habitual de una clínica de
Tailandia dedicada a proporcionar madres de alquiler con el objetivo de tener
miles de hijos que luego le votaran. Que es mucho suponer, además de mucho
darle al manubrio. Porque ya se sabe que hay ciudadanos que no votan ni a su
padre. Primero tendría que reconocerlos a todos. Y después mantenerlos y
educarlos y, sobre todo, instruirlos para lograr su objetivo. Y eso le iba a
llevar muchísimo tiempo. Más que a Pujol regularizar lo de sus ahorrillos.
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