jueves, 23 de octubre de 2014

EN PELOTA PICADA


En un país que contempla cómo políticos, expresidentes, exministros, sindicalistas y otras gentes de mal vivir roban a manos llenas, en el que un joven farsante acapara toda la atención y en el que hasta la Pantoja suplica para no ir a la cárcel, lo del éxito de un programa en el que los participantes aparecen en pelota picada era cuestión de tiempo. De alguna forma hay que evadirse, y cuál mejor que contemplando un retrato de nosotros mismos al natural.

Casi tres millones de personas vieron la otra noche el nuevo reality en el que chicos y chicas ligan desnudos. No vi “Adán y Eva”. No, no es que vaya de exquisita; es que los realitys me parecen aburridos, nada más. Pero, después de haber leído lo que se ha publicado sobre el estreno, “Mujeres y hombres y viceversa” me empieza a parecer un programa cultural, lo que son las cosas. Y lo del edredoning de “Gran Hermano”, una mojigatería.

A mí no me escandaliza ver a una tipa con el níspero al aire ni a un tipo enseñando Cuenca con todas las casas colgantes. Como mucho, me podría pasar como a aquella señora mayor que, cuando se publicó la foto de Butragueño con su miembro al descubierto, sintió que su marido la había tenido engañada toda la vida. A mí lo que me espantan son algunos desnudos interiores. Que la naturalidad está muy bien, pero hasta cierto punto.

Porque hay que tener muy poquito pudor para llamarle alambrada a la Alhambra y encima ponerla en Córdoba delante de tres millones de espectadores. Claro que, viniendo de alguien para quien la Biblia se publicó por fascículos, que se considera anárquica porque no le gusta el arte y que no distingue entre ríos y frutas, pues la sorpresa ya no es tan grande. Yo no me considero muy culta, la verdad, pero también soy de Barcelona y sé que el Manzanares es un río de Madrid. Igual es que la participante de ese Paraíso de cartón piedra catódico se dejó llevar por la ambientación y ya solo tenía en su cabeza la manzana del pecado. Pecado, el tuyo, reina. Y muy poco original, por cierto. Vamos que, a alguien a quien no le da ninguna vergüenza enseñar así sus atributos, lo de menos es que se le vean las tetas.

Por lo que leo, la más natural fue una aspirante que dejó claro desde el principio que ella lo que quería era un tío con pasta. Que tenga un BMW o un Mercedes y que pague siempre las cenas. Le faltó incluir una tarjeta opaca en las exigencias, con la de candidatos que tendría. A esa chica, tras su paso por ese paraíso de la cultura, lo mismo le dan un Ministerio cualquier día. Y a lo mejor no consigue el BMW, pero se encuentra de pronto con un Jaguar en su garaje.

La verdad, contemplando el éxito de ese programa, me da por pensar que igual no sólo tenemos la televisión que nos merecemos, sino también la realidad que construimos. A poquito que se nos desnude, sale lo más profundo de nosotros mismos. Y después nos quejaremos de que unos listos con poder nos dejen en pelota picada.

2 comentarios:

  1. Hola soy el Mister, me gusta tu blog, se lo voy a recomendar a mi mujer, ella tambien tiene el suyo y te invito a que lo visites, un saludo.
    http://historiasdemissairgam.blogspot.com.es/

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    1. Muchas gracias! He entrado en el blog de tu mujer y me parece muy entretenido. El día a día da para muchas historias, sin duda. Un saludo

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