Está
claro que en este país somos muy de la compensación para todo. Sí, mira, son
cosas ¿no? Igual que los estadounidenses son muy de emprender y los chinos muy
de arriesgar pues nosotros somos más de compensar. Lo medimos todo en función
de si nos compensa o no el esfuerzo o el gasto.
A
Rajoy, por ejemplo, no le compensó someterse a la investidura porque en esa
sesión le iban a mentar hasta a sus muertos y todo para no llegar a nada porque
no tenía los apoyos suficientes. A Pedro
Sánchez, por su parte, no le compensa nadita mantener ni sus principios ni
su programa electoral ni su dignidad si eso supone tener que apoyar al PP -¡qué
atropello! ¡dejar que gobierne el partido que ha ganado las elecciones! ¡Adónde
vamos a llegar!- y romper con su ilusión de ser presidente. Y a Pablo Iglesias
no le compensa apoyar a Sánchez si no es a cambio de ser vicepresidente y de
que los suyos ocupen no sé cuántos ministerios. Vamos, que de todo eso que
vendía de la revolución, de cambiar las cosas y de ayudar a los desfavorecidos
ná de ná, qué va. ¿Qué clase de compensación sería lograr todo eso al lado de
ser vicepresidente?
El
último en dar muestras de esto de la compensación como motor de nuestras vidas ha
sido Dani Rovira. Que dice que no le ha merecido la pena presentar la gala de
los Goya después de las críticas que ha recibido. Que no le ha compensado,
vamos. ¿Qué pasa? ¿te pagaron poco? Oye, que no, que yo lo entiendo ¿eh? Que
eso le pasa a mucha gente. Mi vecina la del quinto, sin ir más lejos, no sabes
la de veces que me dice que no le compensa limpiar todas las mañanas las
oficinas en las que pasa el mocho por la mierda que le pagan. Pero ella, ya
ves, no puede dejarlo. Y tampoco puede ir al cine; no le llega. Vamos, no le
llegaría ni aunque bajaran el IVA, mira lo que te digo.
Vamos
a ver, Dani, que esto es lo que tiene dedicarse a la cosa pública; que a unos
les gustas y a otros no. Lo mismo les pasa a los políticos y no por eso se
ponen en plan llorica a echar el moco en Twitter. De todas formas, por lo que
he visto, tampoco es para tanto. Teniendo en cuenta que siempre os metéis con
los mismos, que vienen representando a la tercera parte del país, a más de 7
millones de personas –y potenciales clientes vuestros-, pues ni tan mal. Lo que no queda bien, honestamente te lo digo, es criticar a toda esa gente y luego enfadarte
porque te critican a ti. Y, además, son muchos los que rápidamente han salido a
apoyarte y a poner a panpedir a los que te criticaron. Que resulta que ahora
sacar a unos títeres matando a un juez, violando a una monja o con carteles de “gora
alka-ETA” es libertad de expresión, pero criticar a un actor es ser muy mala
gente, o envidiosos o “tirar al plato” como dijo alguno.
Aunque
no vi la gala, no dudo que tú hiciste bien tu papel, que es el de actuar sobre
un guión que supongo yo que escribieron otros. Pero fuiste el que dio la cara y
ya tendrías que saber que eso y exponerse a las críticas es todo uno. Es lo que hay. Sobre todo cuando el guión
suena a casposo de tan politizado, antiguo y repetitivo. Que es que, de verdad,
lo que se saca en conclusión de toda esta polémica de los Goya y el cine es que
falta talento.
Empezando
por esa obsesión vuestra por las guerras: la Guerra Civil en las pelis, el No a
la Guerra, la guerra para que os demos más dinero en forma de subvenciones y la
guerra contra el IVA. Y ahí, además de cansar al respetable con tanta
reiteración, es que sois poco creíbles. ¿Tú te crees de verdad, Dani querido,
que a mi vecina la del quinto, y a tantas vecinas del quinto como hay, las vais
a ganar para vuestra causa poniendo a pedir en plan damealgo-damealgo a gente vestida de Versace que gana una pasta que
la mayoría no somos capaces ni de soñar? Y, por otro lado, ¿de verdad os creéis
que si se baja el IVA del cine la peña se va a tirar a ver pelis españolas como
si no hubiera un mañana? No; volverán a ver La
guerra de las galaxias, aprovechando que es más barato.
Y
siguiendo con los chistecillos contra el PP. Siempre contra el PP. Y siempre
viejos. El del plasma, por ejemplo. Ya canta ¿no? Cuando Rajoy decidió rechazar
la investidura, Pedro Sánchez se acojonó tanto que ni plasma ni hostias:
despachó la cosa con un comunicado para no dar la cara ni en pantalla. Y no
pasó nada. O lo de “sé fuerte”, para que no falte la corrupción pepera. Que
digo yo, que si el caso Bárcenas o la trama Gürtel (unos 120 millones de euros)
dan tanta risa, el día que hagáis chistes con lo de los EREs o lo de los cursos
de formación de Andalucía, que van ya por los 3 o 4 mil millones, nos
descojonamos todos vivos ¿no? Pero, no, eso no se toca. O, mejor, ¿por qué no
probáis a haceros los graciosos con el fraude del “taquillazo”? Sí, hombre, el
asunto ese de falsear datos para que del bolsillo de todos nosotros se le diera
dinero a películas que no lo merecían y en el que, entre otros, está implicado
el que fuera vuestro presidente. Ya ves que no solo en la política hay
corruptos. Pero, claro, de ese temilla ni una palabra en la gala. Entiendo que
no os compensaba.
Tú
dijiste, en lo que pareció ser el chiste estrella de la noche de autos, que a
Montoro no le importaba que se hubiera subido el IVA de la Cultura por la misma
razón por la que a ti no te preocuparía que subiera el IVA de los yates, porque
tú no tienes yate. Pues tampoco hacía falta llamar inculto a nadie, digo yo. Yo
lo que diría es que a gente con cachés
como el que tú has conseguido –y no digamos ya los de nivel tipo Bardem y otros
reivindicantes superactivistas- os importaría un pito que, para aumentar las
subvenciones a vuestro negocio, por ejemplo, subieran los impuestos del pan, la
leche, los pañales, el transporte, los libros de texto, la ropa y cosas así. Y
no porque no uséis esas cosas, sino porque con lo que cobráis por trabajar –dinero
que en parte sale de nuestros bolsillos- os la trae bastante floja lo que
tengáis que pagar por ellas. Porque os compensa, vaya.